Doña Eladia

DOÑA ELADIA

Doña Eladia sabía bien que para tener el

corazón mirando al sur no era necesario

contarle a un semejante todas las heridas,

que Buenos Aires tiene piel de hormigón

y que no cambia depediendo del calendario

y a pesar de arrastar mil despedidas.

Doña Eladia puede entrar en tú alma

cualquiera de estas noches sin avisar,

cuando el ángel esté bien dormido,

a pesar de los vientos y las mareas,

no te resistas sí quiere cantar,

y abrázala como al ser más querido.

Señora Eladia,era cierto,permanecer y transcurrir

no es perdurar,no es existir,¿Por qué no te honramos en vida?

¿Por qué a tú "Argentina primer mundo" no lo colgamos

en las aulas de todas las escuelas semiderruidas?,

para al menos mostrarles a los chicos lo que es escribir.

Doña Eladia volaba con las alas al viento,

usando de motor su eterna plenitud,

hablaba de convencernos de que es posible,

lloraba al viejo Tortoni y sus historias,

atesoraba tantos recuerdos de juventud,

Doña Eladia no está muerta,es imposible.

Doña Eladia está sentada al costado

de cualquiera que convoque a la inspiración,

pero la auténtica,la de la esperanza

que busca siempre hacer algo diferente,

dicta los versos desde su corazón,

porque ní en el olvido descansa.

Señora Eladia,era verdad,entre el cólera y el curro hay un

juez que se hace el burro y hay un burro al que hacen juez.

No se como sabía tanto,pero dictó más verdades que la Constitución,

y acá los que quedamos vivimos a oscuras sin su brillantez,

rodeados de falsos poetas,dinosaurios que algún día se van a extinguir.

Doña Eladia,no se vaya todavía,que hay muchos

que no saben que no se puede prohibir

la razón,el creer,el derecho a vivir...

Mariano