
HE VUELTO
He vuelto, y cuando digo volví es del verbo volver,
sin la frente marchita, con las ganas enteritas,
bien realizada la digestión de ciertos pasos mal dados,
el mejor remedio contra la tristeza es no darle de comer,
pero antes que eso, no huír de las caricias que se necesitan
para que el alma sonría y lo bueno llegue sin estar planeado.
He vuelto, me cuento de nuevo, me incluyo en el padrón,
ya no ando malherido, le saco brillo al pecado de andar
sin miedos, y brindo con las auroras que dejaste en mi cama,
a ciertas cicatrices las transformo en arco iris en el corazón,
no me apuran los relojes, y por el mero arte de pelear
le ando buscando gresca al calendario y a los crucigramas.
He vuelto, ya no me espanta que exista el espanto salvaje,
los recuerdos sicarios del nuevo día, la melancolía
no va a darme ningún consejo si no la dejo hablar,
la vida es un mar donde cada minuto agoniza en forma de oleaje,
y no es el problema que no regresen o que pasen los días,
la virtud es aprovecharlos y levantarse en caso de tropezar.
He vuelto, ¿Me había ido?, nunca me retiré ni firmé mi testamento,
ni soy aficionado a despedidas, salvo para ciertos intentos
de personas que no valen que les alcance ni un paraguas en la lluvia,
habrá que tener ojo clínico y ver bien la cara de indiferencia y cemento
que se esconde detrás de algunas sonrisas, nunca estamos exentos
de creernos algunos cuentos, suerte que la amistad verdadera acá diluvia.
Solo un consejo me jacto de darles,
y es atreverse una vez a asesinar:
A la infelicidad, o ella ha de lastimarles
si no le clavamos primero nuestro puñal.
He vuelto, para no marcharme, para pasar el verano en brazos
sinceros, para enviar el olvido a la hoguera, para aparentar
lo que soy (como siempre), ni el más bueno ni el peor de los peores,
ni el más heavy, ni el más light, pero ese que no cobra abrazos,
que no renta el tiempo para los amigos si los tiene que escuchar,
ese mismo que viendo la soberbia del ganador prefiere a las perdedores.
He vuelto porque Sole es la palabra mayor de mi vida, no se permitan
jamás dudar de dicha consideración, Fabricio ese noble tipazo
que aparece justo cuando lo precisás, Florencia es esa mejor
amiga que cualquiera desearía tener, más cuando su voz te quita
esa pena en la conciencia, Ceci me fue curando a los mazazos,
y con gente como Paulo, Pablo y Garrafa imposible no sentirse un ganador.
He vuelto porque ustedes jamás se fueron de mi vida, como mi Julieta
que cerró el negocio toda la tarde para venir a ver que me pasaba,
como Flavio, como Belu a la que prefiero terca que ausente de mi vida,
y como tantos a los que les escribiré un himno si algún día soy poeta,
porque nunca me fallaron, porque nos acompañamos en las buenas y en las malas,
sepan que existimos porque nuestra amistad es más grande que todas las heridas.
He vuelto, apostando a ganador, esperando que este verano no termine,
para quitarme el sombrero ante la belleza, para esperar si un día me guiña
un ojo la Venus de Milo, para correr con tranco cansino (nadie me apura),
loco, bohemio, cabeza dura, enemigo de los gobiernos que no me definen,
prefiero la felicidad doméstica a la inspiración de malvivir de riña en riña;
lo único bueno de lastimarse es que es tu mano la que siempre me sutura.
Solo aconsejo que jamás aconsejemos,
demos ejemplos silenciosos de honestidad,
vivamos queriendo el tiempo que estemos,
entre medio de la niebla habita la felicidad.
Mariano
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