Que mal me habrás dejado...


QUE MAL ME HABRÁS DEJADO...

Que mal me habrás dejado que ayer leí la radio,
escuché el diario,me conecté a la televisión
y el vecino me encontró a punto de morder el Módem.
Que mal en serio que estoy que confundo un estadio
con una comisaría,pienso que mi pecho es de cartón
y que mis rodillas son maderas de un árbol de roden.

Que mal me siento que ya soy las 7 plagas juntas,
las maldiciones de la tumba de Tutankamón
y todas las tragedias del Antiguo Egipto.
Que alma perdida soy que he picado en punta
en el campeonato de los perros con comesón,
y para creer en mí mismo espero un edicto.

Que mal que debo andar para venir el psicólogo
a golpear mi puerta intuyendo mi desesperanza,
que los perros no acepten mearme ni aunque les suplique,
que le contagie el dolor de muelas al odontólogo,
que los muebles se marchen en un camión de mudanza,
sin darme tiempo a que la situación les explique.

Que mal,que hecho pelota puede dejarte una mujer,transformando
mi orgullo
en murmullo,
mi vida
en herida,
al capo
en un sapo.
Que desgracia,que mientras muero el mundo siga ignorando
que en Occidente
hay quien siente
que la meditación
le afana la razón,
que se vuelve diario
éste calvario.

Que triste que ando que me cuento los chistes que ya se,
que me río por estar condenado,que la valentía
ya parece el más sádico pecado que puedo cometer.
Que telaraña en el alma me dejó tú "no hay después",
que he desterrado a la próxima vida a las fantasías,
y el nuevo calendario son fechas en rojo del ayer.

Que duro se volvió este hoy sin noticias de mi Afrodita,
que extraño predicar cordura con un chaleco de fuerza,
que increíble ver el Arco Iris en blanco y negro,
he dejado ya de preguntarme si a lo mejor me necesitas,
y de tirar del ovillo de la suerte porque se tensa,
poco puedo hacer si el deseo de olvidar no depende del cerebro.

Bravo va a estar este invierno si no tengo a quien abrazar,
complicada la existencia si tu piel está a kilómetros de mí,
si el ardor de los buenos tiempos no retoza como antes,
si la noche es una caries en mi inútil paladar,
si mi trajinar es el de un expectro que no puede seguir así,
si mi mandamiento es el olvido y no soy buen practicante.

Que mal,en que estado me deja una mujer que he transformado
mi voluntad
en terquedad,
mis poemas
en estratagemas,
mis tildes
en lindes.
Que sensación nefasta que nadie se halla enterado
del monumento
a mis lamentos,
que las sonrisas
se hacen trizas,
que la ignominia
ya es mi insignia.

Para lograr resumirlo
y no volver a repetirlo,
los defectos
de su vida
son el efecto
de mi caída...

Mariano

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