Caricias que quisieran no ser cobardes...


CARICIAS QUE QUISIERAN NO SER COBARDES...

Cuando caigo lo hago sin arte, chanchito en mi chiquero
jugando a ser lobo feroz y campeón de avestruces,
aprendiendo a no remar, usando mi autoestima de cenicero,
hurgando entre un dolor que no rifa tantas cruces.

Dónde quedaron los tiempos en que vivía a punta de conciencia,
ahora que flamea una lágrima en el corazón por enterarme
que soy humano...Sí, sumo a todo la malvada impertinencia
de desear salir al sol de mis errores intentando no quemarme.

Hago equilibrio mintiéndome más que nada a mí mismo,
maquillando con risas el desamparo del silencio más atroz,
me lloro en los rincones, añoro a aquel que cayó al abismo
por puro capricho, un corazón nublado me ha elegido de portavoz.

No ha sido lo mejor que me ha pasado enterarme que al final
de cuentas no soy tan distinto a todos aquellos a los que critico,
me lo dicen las heridas: "Regresaron tras tantos años de alarde
cada una de las veces que escupiste para arriba y sin avisar",
conformate, dice la impostura, viste lo que es ser pobre siendo rico
en lo que no se paga más que con caricias que quisieran no ser cobardes...

¿Quién te entiende, corazón?
Justo ahora que sos feliz
te embarra una ilusión,
respirar ya es un desliz...

La culpa pega fuerte compañero, es un ladrido precoz en las mañanas,
llega sin avisar, gotea humedad de metáforas gastadas y horas lerdas,
¿Qué te pasa, Marianito? ¡Despertate! Se fugan todas tus relucientes ganas
y solo te interesa preguntar frente al espejo: ¿Por qué mierda todo es mierda?

Ni le cuento a esta hoja como viene la mano más cargada en mucho tiempo,
para que por las dudas no me odie por ser cómplice de mis mentiras,
pero siendo el primer engañado, ¿Como bailo la danza de mis contratiempos?...
¿Como hurgar entre tanto insomnio no sintiendo al menos un dejo de ira?

Es la naturaleza humana ser tu peor enemigo, redefinir el fracaso
con mi nombre y apellido, desear atarse a ciertas almohadas,
madrugar dormitando sinsabores, responder automáticamente "paso"
con las mejores cartas en la mano, juro que ya todo es nada...

En la cuesta abajo de todas mis rodadas garúan pianos en mi cabeza,
un bar no es la respuesta, eso lo tengo claro, las penas aprenden
la dirección donde vivo, entran sin pronunciar al menos un buen día,
soy felpudo de mi sombra y no acepto los consejos de la cerveza,
aviso sin aclarar, no me hablo por no zarparme, hay cosas que no se venden,
que no se demuestre los problemas no quiere decir que todo sea alegría.

¿Quien entiende al corazón?
¿Esto va a durarme mucho?
¿Mi estimadísima razón,
me oxidaría los cartuchos?

Mariano


0 Amigos que han dejado su opinión::