Flores y milagros

FLORES Y MILAGROS

Por motivos que no pienso explicar
ni por las malas de las peores buenas
me defino encadenadamente enamorado,
invariable condición la de mi usura,
chapoteando en el diluvio de su mar
no me molesten,son mis huesos que truenan,
el latir del corazón ya me ha dictado
cada palabra rescatada del tacho de basura.

Por motivos que aquí no he de discutir
organizo revoluciones en sus gestos,
sus manos sanan las noches perdidas
que alquilé en el pasado a las conjeturas;
hoy ventilo renovadas mis ganas de vivir
insultando aquella foto en la que apesto,
del mamarracho que era ahí,estátua con heridas,
soy justo lo contrario si tus yemas me suturan.

Por motivos tan extraños para ella y para mí vivo
solo si siento el amanecer naciendo en su aliento,
se amotina mi felicidad,camarero terco y lascivo
si mi niña no me engaña mejor de lo que miento.
Borracho de tinta china,abstemio de navidades,
el sol de sus mejillas fue forastero por muchos años,
pero hoy que sin cortesía me pierdo en sus huracanes
entiendo que en sus brazos las tormentas no hacen daño.

Por motivos que exceden mi costumbre
de exceder con calamidad lo que escribo
prefiero ausentarme con todo y vanidad
y no contarles sobre ella y su pollera,
de como le quitamos rodando el errumbre
a la escalera de una oficina en que no vivo
a menos que mi dama me tenga piedad
y cargue los gastos a cuenta de mi cremallera.

Por motivos que a mi conciencia le oculto
he dedicado mi séptima vida a morir por vos,
equivoqué tantas veces el camino que al final
soy un maestro en el arte de cumplir desvaríos;
a la hora de correr el tiempo es un insulto,
migajas que caen reacias del desayuno de Dios,
pero resulta que mi osadía se bebe tu manantial
y los minutos son tan graciosos como el frío.

Por motivos que las crónicas no merecen informar
me reservo el derecho de admitir lo ya sabido,
que cuando vengo para un tímido envido suele gritar
sus 33 y como la vida es corta le cerceno el vestido.
Por motivos que me muero por contarle al espejo
yo la abrazo,yo la adoro,yo espero hacerla feliz,
solo me despierto para eso y así rimo mi pellejo
en esas horas del trabajo donde el cielo es gris.

Pero es volver a verla y los números del debe
vuelven a estar en su lugar,el arqueo de sus cejas
me lanzan un perfume de risas de noches breves
que por suerte se repetirán mañana;y eso aleja
cualquier temor a la pólvora marchita,rutinaria,
de existir sin trocar nuestras sombras furtivas,
yo afilo la puntería,ella ya es extraordinaria,
su amor es el tren que cada barrera derriba.

Por motivos que ya he detallado en éstos versos
beso a la mejor postora siendo que siempre fuí
el peor de los enigmas ya resueltos,pálido universo
que venció los malos ratos tras doctorarse de faquir.
Por motivos indiscretos que no son solo esos
que empiezan sobre el fin de su hermosa espalda,
yo empeño la luna con tal de rescatar sus besos,
yo busco flores y milagros debajo de su falda.

Mariano